Ya di el pitch, no obtuve el trabajo/cliente/proyecto, ¿cómo mejorar?

Ya di el pitch, no obtuve el trabajo/cliente/proyecto, ¿Cómo mejorar?

Haber dado un pitch frente a reclutadores, clientes o colaboradores y haber obtenido una negativa como respuesta no significa necesariamente que hayas hecho una mala presentación y que el error esté sólo de tu lado, también es importante que consideres que el discurso pudo no haber florecido por causas ajenas a ti como: el entorno donde fue pronunciado, la afinidad de tu receptor sobre el tema expuesto o simplemente la pertinencia del momento en que lo presentaste; es decir, es preciso saber que un “NO” por respuesta no siempre está ligado a tu desempeño. Sin embargo, si eres una persona consciente de sí misma y aún así consideras que dada tu exposición hay áreas de mejora en ti, entonces recomendamos que sigas estos pasos para que tus pitches suban de nivel de manera progresiva.

Pon los pies en la tierra

Presentar un pitch o un elevator pitch es desafiante para la gran mayoría porque es una actividad donde se comparte mucha información en poco tiempo ante una audiencia (generalmente) desconocida, elementos suficientes para que cualquier persona se sienta presionada para realizar dicha tarea. Así que si creías que solo para ti es un reto, siéntete comprendido por todos aquellos que hemos preparado un pitch en alguna ocasión y así como nosotros, mejor opta por abrazar el reto y trabajar para superarlo.

Asúmelo como un work in progress

Desarrollar competencia en presentación frente a público conlleva tiempo, conciencia y dominio de habilidades de comunicación finas (consulta más en este canal de YouTube), lo cual no significa que hasta que “seamos perfectos” presentaremos un pitch con la audiencia que nos interesa. Lo que recomiendo es atender esta actividad más como proceso que como solo una meta a alcanzar; es decir, si necesitas pronunciar mañana un pitch frente a un cliente nuevo hazlo de la mejor manera posible: cuando lo estés presentando sé consciente de los errores en los que incurres y detecta los elementos externos a ti que no hayan funcionado en el mensaje, luego vuelve a tu espacio personal, trabaja en ellos, púlelos y prepárate para probarlos con tu audiencia meta otra vez en aras de mejorar constante y exponencialmente.

Analiza tu desempeño con base a principios técnicos, no a gustos

Haber escuchado, visto o presentado un pitch, seguro alguna vez nos hizo concluir: “me gustó” o “no me gustó”, eso se da porque generalmente el criterio de la afinidad es el parámetro más común y aceptado por todos. Sin embargo, regirnos por él nos hace apelar a la subjetividad y nos impide distinguir con claridad los elementos técnicos que conforman una presentación de pitch, impidiéndonos evaluarlo en su justa dimensión para luego mejorarlo. Es por ello, que mi recomendación va dirigida a que después de cada sesión de pitch, en lugar de sólo autoevaluarte con “¡me gustó cómo lo hice!” o “¡no me gustó cómo lo hice!”, vayas un poco más allá y te preguntes: ¿por qué me gustó o por qué no me gustó lo que hice? y entonces comiences a desglosar punto a punto qué aspectos funcionaron muy bien, qué otros tienen oportunidad de mejorarse y de qué manera. De este modo tu autoanálisis será útil porque te revelará pasos a seguir, por ejemplo:

Caso A:

-Análisis: Me gustó mi pitch de hoy porque supe todos los datos duros que a mi cliente le interesaban.

-Pasos a seguir: En lo subsecuente, estudiaré y recordaré este tipo de datos que resultan relevantes para este tipo de cliente.

Caso B:

-Análisis: No me gustó mi pitch de hoy porque hablé muy rápido y atropellé la pronunciación de todos los conceptos que estaban en otro idioma.

-Pasos a seguir: Coordinaré mi ciclo respiratorio con el habla para evitar atropellarme y ensayaré en voz alta la pronunciación de conceptos en otro idioma antes de presentar mi pitch frente a alguien más.

Y es así como a través de este autoanálisis aprenderás a valorar tu desempeño en su justa medida.

Establece un área de mejora a la vez

Cada que presentes un pitch sugiero que atiendas aspectos particulares durante tu desempeño, la intención es que te enfoques en los elementos técnicos y comunicativos que más te cuesten trabajo para que mejores en ellos.

Supongamos que hoy pronunciarás 3 veces tu pitch de venta frente a clientes distintos y que a su vez tienes pendiente mejorar en 3 elementos comunicativos específicos:

1. Presentar la información en orden
2. Ceñir tu mensaje a sólo 2 minutos
3. Emplear lenguaje corporal

Recomiendo que en cada una de las oportunidades de presentación, te enfoques en practicar profundamente cada uno de los elementos que te has planteado, por ejemplo:

-Con el primer cliente, sé 100 % cuidadoso en respetar la estructura narrativa, por nada del mundo te permitas cambiar el orden de la información, ya que ello podría afectar la manera en que él entiende lo que dices.

-Con el segundo cliente, apégate estrictamente al cronómetro y presenta tu pitch sólo en 2 minutos, ni segundos más, ni segundos menos.

-Con el tercer cliente, cerciórate que en cada frase importante que menciones, haya un movimiento corporal que remarque y realce la idea que pronuncias, con la intención que dichas ideas clave se queden en la memoria del cliente de manera significativa.

El hecho de establecer áreas de mejora únicas por cada presentación hará que en tu haber acumules aciertos que poco a poco se hagan parte de tu cotidiano.

Sube tu nivel

Ya que te resulte fácil establecer un área de mejora a la vez, es momento de subir tu nivel y comenzar a atender dos o más elementos técnicos de presentación en cada sesión de pitch. La intención es que ese grado de precisión que has entrenado se haga extensivo a todos los aspectos de comunicación verbal y no verbal que demanda un pitch y que tu rendimiento sea notable ante la audiencia con quien presentas.

Finalmente, si quieres terminar de afianzar lo que has entrenado hasta este punto, te recomiendo llevar los elementos técnicos de presentación a la vida cotidiana para que los entrenes constantemente en cualquier conversación que entables y se vuelvan parte de ti de manera orgánica; de ese modo presentar ideas frente a los demás será un hábito y perfeccionarás tu técnica poco a poco todos los días volviéndote un pitcher de alto rendimiento, siendo éste un camino congruente y sostenible sobre cómo hacer un pitch o elevator pitch de buena calidad cuando así lo desees.